29 noviembre, 2009


El broche final del viaje fue un buen plato de sashimi fresco frente al mar después de dos horas de buceo entre corales espectaculares y millones de peces de colores que comieron pan de nuestras manos.

A las 14:00 salió nuestro ferry de vuelta y esta vez el viaje fue todo un placer. El mar estaba mucho más calmado y cantar canciones en la cubierta resultó ser un buen método contra el mareo…

Fuimos las primeras en pisar tierra porque sólo teníamos 15 minutos para llegar a la estación y subir al tren. Pero nuestro amigo taxista de la boca roja nos estaba esperando y nos dijo algo así como que no nos preocupásemos porque él era el Michael Schumacher de Taiwán.

El resto fue al más puro estilo “Pekín Express”. Xiéxie’s precipitados y carreras en la estación para llegar a sentarnos en el tren justo con el silbato de salida.

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