11 noviembre, 2009

"Espectáculo" de fuegos artificiales


El fin de semana pasado se celebró en Taipei el festival de fuegos artificiales. Francamente, esperaba algo muchísimo más espectacular...¿no eran los chinos unos expertos en pirotecnia? creía haber oído algo por ahí...

La noche empezó con una marabunta de gente sudorosa que arrasó todas las calles del centro; por primera vez en mi vida sentí claustrofobia. Estaba en plena calle, a apenas unos pasos del río y ni siquiera llegué a ver la orilla ni a oler el agua...Cerré los ojos e imaginé que un helicóptero me lanzaba una escalera para huir volando de aquella masa de gente.Pero no había escapatoria, ni hacia delante ni hacia detrás...y la cosa empeoró cuando un chino muy desagradable empezó a tocarme el culo con total descaro. Ese fue el motor que me impulsó a salir de allí a fuerza de codazos y algún que otro insulto en español, que, aunque no los entienden, suenan fuerte e imponen.

Cuando ya estabamos a punto de renunciar y volver a casa de mal humor y despotricando contra todos los chinos del mundo, descubrimos la solución: la azotea de un párking. Allí también había millones de personas, pero aún quedaba algún huequecito para nosotras.

Por fin nos acomodamos, sacamos nuestras cámaras y...después de diez minutos de estrellas de colores que estallaban sin órden ni concierto teníamos más que suficiente. Todos gritaban "¡Oh...!", "¡Ah...!" y yo pensaba "¿en serio?".

Todas las cámaras cambiaron de repente de dirección cuando un joven llegó a la azotea con música,rosas y globos con forma de corazón y carteles de "I love you". Se acercó a una chica con aspecto de doce años, se arrodilló, y entre aplausos, flashes y serpentinas, se le declaró. Sí, así de "románticos" son por aquí...

Cuando el show terminó (el de artificio amoroso, no el de fuegos de artificio) mis amigas y yo decidimos que ya habíamos visto suficiente espectáculo por esa noche y que nos merecíamos una buena cerveza.

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