En el barrio de Gongguan el restaurante "Qua Bao" de Jack Lan es siempre el más concurrido. La simpatía de Lan, que habla varios idiomas y trata a cada cliente como si fuera de la familia es uno de los motivos, pero principalmente se debe a sus "hamburguesas". En realidad de hamburguesas tienen sólo el aspecto; el pan es un bollo cocido muy blando y en su interior un guiso de pollo, pimiento, perejil y cacahuete. ¡De lo mejor que he probado por aquí!
24 septiembre, 2009
Hamburguesas taiwanesas
En el barrio de Gongguan el restaurante "Qua Bao" de Jack Lan es siempre el más concurrido. La simpatía de Lan, que habla varios idiomas y trata a cada cliente como si fuera de la familia es uno de los motivos, pero principalmente se debe a sus "hamburguesas". En realidad de hamburguesas tienen sólo el aspecto; el pan es un bollo cocido muy blando y en su interior un guiso de pollo, pimiento, perejil y cacahuete. ¡De lo mejor que he probado por aquí!
22 septiembre, 2009
18 septiembre, 2009
Año de tifones
Taiwan recordará 2009 como el año de los tifones. El primero, de nombre Morakot (esmeralda, en tailandés), barrió la isla el pasado agosto con una larga estela de destrucción que dejó más de 600 víctimas mortales y sepultó pueblos enteros bajo el lodo y la muerte. Fue la peor tragedia de este tipo en el último medio siglo.
El segundo tifón llegó en forma de huracán político. Cuando la comunidad internacional ofreció ayuda para paliar las consecuencias de la catástrofe, el Ministerio de Exteriores la rechazó mediante el envío de un telegrama a sus representaciones en el mundo. Lo hizo supuestamente sin informar a la Oficina Presidencial. Y desencadenó la tormenta. El gobernante Kuomintang (KMT) recibió la censura prácticamente unánime de la prensa taiwanesa y del opositor Partido Progresista Democrático (DPP). Tanto, que la duración de este tifón fue mayor que la de Morakot: culminó la semana pasada, con el relevo del primer ministro, el viceprimer ministro y 14 de los 40 miembros del Gabinete taiwanés, en un gesto con poco precedente en Occidente.
El ojo del tornado lo ocupó el sempiterno asunto que une y divide a los taiwaneses: la relación con la China continental. El DPP, que aboga por la separación absoluta del continente, invitó a comienzos de septiembre al Dalai Lama, símbolo de la independencia del Tíbet y una de las peores pesadillas de Pekín, para que confortara a las víctimas de Morakot en su calidad de dirigente religioso y espiritual. Pero el disparo se realizó con escopeta de doble cañón: por un lado, si el actual Gobierno del KMT -que ha hecho del acercamiento a China su bandera- aceptaba la visita, podía derribar de un plumazo la minuciosa red de vínculos a lo largo del Estrecho de Taiwan tejida desde que ganó las elecciones, en mayo de 2008; por otro, si la rechazaba, acentuaría la repulsa popular al presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, que tras el paso del tifón vivió sus horas más bajas (llegó al 14%, pero la semana pasada, tras la crisis de Gobierno, subió al 39%; todo, en vísperas de las elecciones locales de diciembre).
La solución quiso ser salomónica, pero dejó cicatriz. Ma aceptó la visita del Dalai en su condición de representante religioso, aunque no reconoció en él al líder político y, por esa razón, no le recibió.
(extracto del reportaje de Yolanda Guerrero publicado en EL PAÍS el 17/09/2009)
El segundo tifón llegó en forma de huracán político. Cuando la comunidad internacional ofreció ayuda para paliar las consecuencias de la catástrofe, el Ministerio de Exteriores la rechazó mediante el envío de un telegrama a sus representaciones en el mundo. Lo hizo supuestamente sin informar a la Oficina Presidencial. Y desencadenó la tormenta. El gobernante Kuomintang (KMT) recibió la censura prácticamente unánime de la prensa taiwanesa y del opositor Partido Progresista Democrático (DPP). Tanto, que la duración de este tifón fue mayor que la de Morakot: culminó la semana pasada, con el relevo del primer ministro, el viceprimer ministro y 14 de los 40 miembros del Gabinete taiwanés, en un gesto con poco precedente en Occidente.
El ojo del tornado lo ocupó el sempiterno asunto que une y divide a los taiwaneses: la relación con la China continental. El DPP, que aboga por la separación absoluta del continente, invitó a comienzos de septiembre al Dalai Lama, símbolo de la independencia del Tíbet y una de las peores pesadillas de Pekín, para que confortara a las víctimas de Morakot en su calidad de dirigente religioso y espiritual. Pero el disparo se realizó con escopeta de doble cañón: por un lado, si el actual Gobierno del KMT -que ha hecho del acercamiento a China su bandera- aceptaba la visita, podía derribar de un plumazo la minuciosa red de vínculos a lo largo del Estrecho de Taiwan tejida desde que ganó las elecciones, en mayo de 2008; por otro, si la rechazaba, acentuaría la repulsa popular al presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, que tras el paso del tifón vivió sus horas más bajas (llegó al 14%, pero la semana pasada, tras la crisis de Gobierno, subió al 39%; todo, en vísperas de las elecciones locales de diciembre).
La solución quiso ser salomónica, pero dejó cicatriz. Ma aceptó la visita del Dalai en su condición de representante religioso, aunque no reconoció en él al líder político y, por esa razón, no le recibió.
(extracto del reportaje de Yolanda Guerrero publicado en EL PAÍS el 17/09/2009)
16 septiembre, 2009
The Snake Alley
Los mercados nocturnos son una de las principales atracciones de la ciudad. Conforme el sol empieza a esconderse, a eso de las seis de la tarde, empiezan a surgir los humeantes puestos de comida, los juegos, las luces, la música… Se ofrecen los servcios más pintorescos, desde masaje de pies hasta hierbas afrodisíacas o juguetes sexuales.
El mercado más grande y popular es el de Shilin, pero el más llamativo es el Snake Alley. Sólo el nombre ya es atractivo: “el callejón de la serpiente”….cualquier cosa puede ocurrir ahí, ¿no? Serpientes hay, eso puedo asegurarlo. En jaulas de finos barrotes, comen ratas ante los expectantes transeúntes.
Pero el grotesco espectáculo comienza cuando los cocineros les sacan las tripas mientras se retuercen aún vivas y escurren después su sangre para beberla mezclada con licor. Tengo que admitir que yo iba muy convencida de probarlo todo, pero en el último momento me eché para atrás… ¡beber sangre!, por ahí no paso.
14 septiembre, 2009
Hay que probarlo todo...
La hora de la comida en Taiwán puede ser un placer o un suplicio para los extranjeros. Los olores que ambientan las calles ya nos van haciendo una idea de lo que habrá en nuestro plato porque mucha veceas las cocinas están en la calle. El tofu tiene un olor muy fuerte y por algo lo llaman stinky tofu (tofu apestoso), o chòu dòufu, pero aquí es "el pan nuestro de cada día". La tortilla de ostras tiene un aspecto gelatinoso poco atractivo pero es bastante sabrosa y algo que los extranjeros no solemos ser capaces de tragar son las patas de pollo.Pero los que no se arriesgan con la comida también encuentran platos muy ricos que no se alejan tanto de nuestras costumbres: pollo agridulce, cerdo troceado con salsa de soja, pato a la naranja,gambas con cacahuetes, cangrejo, pollo con pimienta y salsa de sésamo, pulpo, arroz de todos los tipos y, por supuesto, fideos. También hay salchicas parecidas a las nuestras pero con el toque dulce que caracteriza a la comida china, y algo parecido a nuestras morcillas. Eso sí, conseguir un vaso de agua en los restaurantes es casi misión imposible; la bebida por excelencia es el té con leche y a menudo encontrarás flotando en tu vaso pequeñas bolitas negras de jojoba.
¡Buen provecho!
13 septiembre, 2009
Deaflympics
Desde el 5 hasta el 15 de septiembre se celebran en Taipei los Juegos Olímpicos para sordos. Es el evento deportivo internacional más grande que Taiwán haya organizado jamás y la emoción se palpa en el ambiente. Estos días el chino y el inglés han dejado paso al lenguaje de signos. El Taipei Arena se ha convertido en el centro de la ciudad; en sus alrededores el ambiente es muy festivo y el deporte comparte el protagonismo con la música y el arte.
Los taiwaneses se han mostrado muy orgullosos de organizar los Juegos y miles de sordos de todo el país están trabajando estos días como voluntarios.
El ex presidente taiwanés condenado a cadena perpetua por corrupción
El ex presidente taiwanés Chen Shui-bian y su esposa, Wu Shu-chen, han sido condenados a cadena perpetua por corrupción, blanqueo de dinero y falsificación de documentos, anunció hoy el Tribunal de Distrito de Taipei.
"La corrupción de un hombre ha causado el desorden de todo el país. Por eso las sentencias son tan severas", señaló el presidente del tribunal, Tsai Shou-hsun, en la sentencia, entregada hoy a la prensa.
Junto con el ex mandatario y su esposa, que también fueron multados con nueve millones de dólares (6,2 millones de euros), fueron condenados los trece familiares y colaboradores imputados, incluidos el hijo de Chen, Chen Chih-chung, a dos años y medio de prisión y el joven político Ma Yung-cheng, a veinte años de cárcel. EFE
"La corrupción de un hombre ha causado el desorden de todo el país. Por eso las sentencias son tan severas", señaló el presidente del tribunal, Tsai Shou-hsun, en la sentencia, entregada hoy a la prensa.
Junto con el ex mandatario y su esposa, que también fueron multados con nueve millones de dólares (6,2 millones de euros), fueron condenados los trece familiares y colaboradores imputados, incluidos el hijo de Chen, Chen Chih-chung, a dos años y medio de prisión y el joven político Ma Yung-cheng, a veinte años de cárcel. EFE
10 septiembre, 2009
我喜欢去
Salir de fiesta en Taiwán es toda una aventura. La noche comienza con una breve revisión médica en la entrada de la discoteca. Desinfectarse las manos es obligatorio antes de entrar, así como escanear el DNI o pasaporte, por supuesto, y ¡tomarte la temperatura!. Un chino enorme te acerca a la frente algo que más que un termómetro parece un puntero láser bastante amenazador y te explica (en chino, por supuesto) que tu temperatura está por debajo de 37 grados y, por tanto, puedes pasar al local.
Una vez dentro la fiesta está asegurada, especialmente los miércoles, cuando la entrada es gratis con dos cervezas incluidas. Pero lo mejor llega los fines de semana. La entrada al club son 350 dólares para las chicas (unos 7 euros) y el doble para los chicos. Hasta aquí no parecen precios especialmente baratos, pero la sorpresa llega cuando descubres que la entrada incluye barra libre toda la noche. Vamos, que son 7 euros bien amortizados...
En cuanto a la música, nada sorprendente. Rock, hip-hop, R&B....música actual especialmente americana como la que podríamos escuchar en cualquier otro lugar.Yo tenía la esperanza de escuchar el último éxito taiwanés...si lo consigo ¡ya os contaré cómo es!
Una vez dentro la fiesta está asegurada, especialmente los miércoles, cuando la entrada es gratis con dos cervezas incluidas. Pero lo mejor llega los fines de semana. La entrada al club son 350 dólares para las chicas (unos 7 euros) y el doble para los chicos. Hasta aquí no parecen precios especialmente baratos, pero la sorpresa llega cuando descubres que la entrada incluye barra libre toda la noche. Vamos, que son 7 euros bien amortizados...
En cuanto a la música, nada sorprendente. Rock, hip-hop, R&B....música actual especialmente americana como la que podríamos escuchar en cualquier otro lugar.Yo tenía la esperanza de escuchar el último éxito taiwanés...si lo consigo ¡ya os contaré cómo es!
08 septiembre, 2009
El mejor medio de transporte
Ni Roma ni Barcelona; la ciudad de las motos es Taipei. Los taiwaneses las utilizan hasta de tres en tres, con un niño delante y otro detrás.
Pero el mejor medio de transporte, especialmente si eres extranjero, es el metro. Se llama MRT (Mass Rapid Transit) y es el más limpio y cómodo que he utilzado. A diferencia del sistema de autobuses, todos los anuncios de megafonía y los carteles son tanto en inglés como en mandarín, e incluso, en algunas ocasiones, en taiwanés. Pero no sólo la buena indicación lo hace cómodo, también está muy bien ventilado, lo cual se agradece con el calor sofocante de la calle y, sobre todo, ¡está impoluto! He llegado a ver limpiadores fregando las paredes. Además los usuarios contribuyen a la limpieza porque está prohibido comer y beber hasta la exageración de multar por masticar chicle en los vagones. Pero pocas extravagancias me sorprenden ya de los taiwaneses...Aquí el último grito en moda son las mascarillas; las hay de todos los colores y diseños y a menudo las chicas las eligen a juego con la ropa. Al principio pensé que era una cuestión de histeria colectiva por la gripe A, pero después me he enterado de quelas utilizan por miedo a contagiarse de enfermedades (en general) y para protegerse de la contaminación.
Y un último detalle al que a todos los extranjeros nos cuesta acostumbrarnos: ¡aquí el metro se espera en fila! En el suelo del andén unas líneas blancas indican el orden que debe serguir la cola de los usuarios que esperan el vagón. Y no sólo eso, sino que hay una zona reservada específicamente para las mujeres que viajan solas denoche. Y eso que cierra a las doce y Taipei es una de las ciudades más seguras del mundo...
Pero el mejor medio de transporte, especialmente si eres extranjero, es el metro. Se llama MRT (Mass Rapid Transit) y es el más limpio y cómodo que he utilzado. A diferencia del sistema de autobuses, todos los anuncios de megafonía y los carteles son tanto en inglés como en mandarín, e incluso, en algunas ocasiones, en taiwanés. Pero no sólo la buena indicación lo hace cómodo, también está muy bien ventilado, lo cual se agradece con el calor sofocante de la calle y, sobre todo, ¡está impoluto! He llegado a ver limpiadores fregando las paredes. Además los usuarios contribuyen a la limpieza porque está prohibido comer y beber hasta la exageración de multar por masticar chicle en los vagones. Pero pocas extravagancias me sorprenden ya de los taiwaneses...Aquí el último grito en moda son las mascarillas; las hay de todos los colores y diseños y a menudo las chicas las eligen a juego con la ropa. Al principio pensé que era una cuestión de histeria colectiva por la gripe A, pero después me he enterado de quelas utilizan por miedo a contagiarse de enfermedades (en general) y para protegerse de la contaminación.
Y un último detalle al que a todos los extranjeros nos cuesta acostumbrarnos: ¡aquí el metro se espera en fila! En el suelo del andén unas líneas blancas indican el orden que debe serguir la cola de los usuarios que esperan el vagón. Y no sólo eso, sino que hay una zona reservada específicamente para las mujeres que viajan solas denoche. Y eso que cierra a las doce y Taipei es una de las ciudades más seguras del mundo...
07 septiembre, 2009
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